La fantasía popular dominicana elaboró a partir de los últimos sobrevivientes de los cimarrones (esclavos africanos que escapaban huyendo de la esclavitud) en la sierra de Bahoruco la leyenda de los biembienes o vienvienes. Se dice que eran ágiles trepadores de árboles y barrancos, andaban desnudos y salían de noche a buscar alimentos en los conucos. No hablaban lengua conocida; solo decían “bien bien”, de ahí el nombre. Carlos Nouel, en su Historia eclesiástica de Santo Domingo, narra que en 1868 atraparon una hembra a la que se bautizó con el nombre de Isabel María de Jesús, pero que jamás aprendió a hablar el castellano. Estos restos del cimarronaje adquirieron en la creencia popular poderes y características sobrenaturales.