Las primeras influencias culturales de Europa en América tuvieron lugar en la ciudad primada de América, Santo Domingo. Fueron la arquitectura y el diseño urbano de as ciudades la principal muestra de esas influencias. Luego se introdujeron la orfebrería, la platería y finalmente la pintura y la escultura. La arquitectura colonial atravesó por una variedad de estilos. En Santo Domingo son notables los estilos románico, gótico, barroco y neoclásico. Prevalecía, en pintura y escultura, el aspecto sacro ya que era en los conventos donde se aprendían y se practicaban las bellas artes. A partir de la segunda mitad del siglo XIX el impresionismo, el posimpresionismo, el costumbrismo y el Art Nouveau están representados de alguna manera en la pintura dominicana. En este período se destacan: Abelardo Rodríguez Urdaneta (1870-1932), pintor académico; Leopoldo Navarro, autor de cuadros costumbristas; Enrique García Godoy (1885-1941), y Celeste Woss y Gil (1891-1985). La pintura dominicana moderna se inicia a principios del siglo XX. Adopta nuevos estilos que buscan expresar la identidad, de cara a la condición étnica, geográfica e histórica. Aquí se destacan Jaime Colson y Darío Suro. Con Manolo Pascual en 1939 y la llegada de profesores y artistas españoles a la República Dominicana, se fundó la Escuela Nacional de Bellas Artes, en la dictadura de Trujillo, de la cual salieron Gilberto Hernández Ortega, Marianela Jiménez, Clara Ledesma y Luichy Martínez Richiez, entre otros. Entre los años 50 y 60 surgieron artistas que contribuyeron a desarrollar el arte dominicano. Los principales fueron: Eligio Pichardo, Paul Giudicelli, Domingo Liz, Fernando Peña Defilló, Silvano Lora, Gaspar Mario Cruz, Antonio Toribio, Ada Balcácer, José Cestero, Ramón Oviedo, Juan Plutarco Andújar y Aquiles Azar. Durante la década del sesenta, el tránsito de la dictadura a la democracia produjo obras donde todo se cuestionaba. Estableció el límite entre lo moderno y lo contemporáneo en la producción artística dominicana. En estos años se destacaron: Iván Tovar, Ramón Oviedo, Cándido Bidó, José Rincón Mora, Rosa Tavárez, José Félix Moya, Jorge Severino, Amable Sterling, Fernando Ureña Rib, Antonio Guadalupe, José Ramírez Conde, Alonso Cuevas, Alberto Ulloa, Domingo Liz, Vicente Pimentel, Elsa Núñez, Mariano Eckert, Guillo Pérez, León Bosch, Soucy de Pellerano, Alberto Bass, Orlando Menicucci, Daniel Henríquez, Danilo de los Santos, Julio Susana, Vicente Fabré, Freddy Javier, Joaquín Ciprián, Juan Medina, Freddy Cabral, José Perdomo y Bismark Victoria. En los años ochenta y noventa, el desarrollo de la informática y los medios de comunicación internacionales llevaron a las nuevas generaciones a incursionar en una propuesta donde lo insular y caribeño son el sello de identidad de los artistas dominicanos Carlos Hinojosa, Dustin Muñoz, José García Cordero, Dionisio Blanco, Jesús Desangles, Hilario Olivo, Luz Severino, Radhamés Mejía, Juan Mayí, Johnny Bonelly, Raúl Recio, Amaya Salazar, Fabio Domínguez, Tony Capellán y Geo Ripley. Entre los que se dedican al arte contemporáneo y las instalaciones, cabe destacar a Marcos Lora Read, Quisqueya Henríquez, Ingrid Madera, Charo Oquet, América Olivo, Belkis Ramírez, Jorge Pineda y Eliú Almonte.